ENTREVISTA A ROSA PÉREZ

Con su extensa trayectoria profesional, Rosa Pérez es toda una institución cultural en nuestro país. Su labor de investigación y difusión es una fuente inagotable de referencias interesantes, que van más allá de su programa “Fluido Rosa” en Radio3. Tenemos el honor de entrevistarla y compartir sus impresiones sobre los temas que ocupan una de las mentes más lúcidas e inquietas de la radio en España.

Actualmente es muy común llamar “magazine sonoro” a un programa de radio, sin embargo, tú ya llevas haciendo esto muchos años con Fluido Rosa. ¿Lo consideras un programa de radio pionero en formato y contenido? ¿Y una inspiración para los demás?

Bueno, pionero, en el sentido de darle una dimensión visual utilizando internet, sí. Desde un principio vi claro que esa herramienta podía ser muy útil, pero sin olvidar que lo que hacemos es un programa de radio. Quiero recalcar eso, ya que en estos momentos se empieza a difuminar cuál es nuestro cometido, ya que se da más importancia a “retuitear” y hasta donde llega ese retuit (¿una nueva forma de EGM?), a contabilizar supuestos seguidores a través del “me gusta” de Facebook, etc. y se valoran menos los contenidos, la investigación, la elaboración, en definitiva, la línea editorial. Algo que en Fluido Rosa hemos marcado muy insistentemente, no solamente para definirnos como programa, sino para mantener un hecho diferencial en relación a otras propuestas radiofónicas.

¿Una inspiración para los demás? Pues no sé. No tengo ni idea de hasta dónde puede llegar nuestro programa y si sirve a otros. Si es así y es en positivo, me alegra. Si conseguimos que la comunidad artística nos siga, estaremos satisfechos. Pero si un oyente perdido en el mundo se conmueve con lo que ponemos o de lo que hablamos, también. Pienso que la radio es efímera y por ese carácter tan específico se disuelve tras salir a las ondas. A mi es algo que me fascina. Ahora además queda en la red, por eso le buscamos un lenguaje que jugara con ambos mundos.

¿En qué otras iniciativas musicales y artísticas estás involucrada más allá del programa?

Bueno, la verdad es que el programa y otras colaboraciones dentro de la emisora (por ejemplo Resonancias, dentro del Extra de Radio3) u otros canales de la Corporación RTVE me mantienen bastante ocupada, pero siempre estoy dispuesta a participar en encuentros, simposios, mesas redondas y otras actividades que se relacionen con la creación actual para difundirla a través de mi experiencia, etc.

He colaborado con prácticamente todos los centros de arte del país, con colectivos, o festivales como Sónar, Croma, LEV, Keroxen, y recientemente en Pronostica. Por otro lado, mantengo un proyecto (que va creciendo muy poco a poco) que es BroadcastingArt, que se articula en varias fases: el concurso internacional de Arte Sonoro y los Talleres con los que generar un mapa sonoro que agrupa diferentes experiencias, con los que tenemos dos CD´s editados, gracias a la colaboración con la Fundación Ladines en Asturias y el Centro de Arte La Panera de Lleida.

Como oyentes, tu trabajo nos ha puesto en contacto con música, iniciativas y artistas que quizás no hubiéramos descubierto nunca por nosotros mismos. ¿Qué te aporta a ti, como creadora de esos contenidos, ser una fuente de conocimiento para tus oyentes?

Bueno, seguramente a mi me aporta igual o más que a los oyentes. Mi trabajo es el de transmisor de ese conocimiento, que por otra parte es quizás lo que más me apasiona de mi trabajo, la labor de investigación, de búsqueda. No me conformo con cualquier cosa y me gusta ahondar en lugares poco explorados (el antiguo Bloque del Este, tiene mucho que aportar) donde los creadores no han estado sometidos a la pesada losa del marketing, la moda o el mercado occidental. También me apasionan las mezclas, las relecturas de la tradición y la puesta al día de timbres y conceptos, que no están caducos.

­­Podemos pensar que una persona como tú, con unas inquietudes culturales tan intensas, explora y contacta constantemente con nuevos proyectos y artistas ¿Reconoces el material interesante nada más verlo? ¿Identificas inmediatamente qué esconden que lo hace especial y su valor para ser compartido?

Como he contestado antes, me gusta explorar y contactar con nuevos proyectos y artistas. Eso no quiere decir que a veces no se me escapen cosas, claro. El acceso a tanta información, en muchos casos, impide que puedas ver lo más cercano, pero siempre intento cribar y seleccionar aplicando mi propio criterio, reconociendo el material interesante, como bien dices, casi nada más verlo u oírlo. Supongo que los años escuchando e intentando reconocer lo que es verdaderamente interesante hace que se desarrolle un sexto sentido para poder identificar dónde hay algo novedoso, pero no hay que olvidar que es muy importante aplicar unos criterios de calidad mínimos y no hacer concesiones.

Compartir esa información es parte fundamental de mi forma de ser y mi trabajo. No entiendo la información como “propiedad”, por eso no entiendo las exclusivas. Puedo presentar algo que creo que sólo conozco yo, pero nunca lo mantendría oculto por razones de “exclusividad”. Más bien al contrario, a mi me queman los descubrimientos y enseguida los pongo (jajaja).

También pienso que mi labor en Radio 3 es buscar lo que aún no ha nacido y que es ahí donde debemos estar como medio público, explorando entre el magma inicial de muchos de nuestros creadores, vislumbrando un escenario antes de que éste se produzca.

Hasta hace poco tiempo, el adjetivo underground asignaba con claridad el riesgo, la transgresión y la profundización en nuevos lenguajes artísticos ¿Esto se sigue dando todavía? ¿Los circuitos comerciales viven de espaldas a esos valores o los han asimilado como parte de su catálogo?

Efectivamente, pero en otro momento, el termino Underground significó cutre, minoritario y carente de calidad e interés. También el término Vanguardia nos retrotrae a principios del siglo 20. Los adjetivos o formas de definir movimientos o grupos creativos a veces no abarcan con exactitud el significado exacto. Con el tiempo se transforman, o mejor dicho, se deforman y se ponen al servicio del establishment.

El mercado es capaz de asumir e incorporar todo lo que sea susceptible de ser vendido y ahí entran los movimientos artísticos, los cambios de comportamiento social, los grupos de música, etc. En algunos casos, esos valores han sido asimilados y se venden en los grandes almacenes como una marca o estética contemporánea (Es curioso ver a niños con camisetas de los Ramones, por ejemplo. Si sus padres tuvieran conocimiento de lo que representaron en los 70, seguro se escandalizarían, pero como lo vende H&M….) jajaja

La cultura oficial en España no pasa por su mejor momento ¿Existe un tejido creativo que funcione como alternativa a esto?

Hombre, yo pienso que sí. Que pese a las políticas culturales que se vienen desarrollando en nuestro país, desde la “decomocracia”, y teniendo en cuenta que ningún partido en el gobierno ha apostado por la cultura de base, creando infraestructuras y tejido. Pienso que los creadores han tenido que ir sorteando dificultades para unas veces salir a la superficie, gracias a la ayuda de alguna institución, y otras, seguir sobreviviendo en las catacumbas, cuando las instituciones deciden cerrar el grifo.

Es una lástima que se haya construido Museos y Centros de Arte en prácticamente todas las capitales de provincia y que los planes no hayan ido más allá de la mera construcción, o sea del ladrillo, que esos espacios no se hayan abierto junto a un plan económico y de viabilidad, con objetivos claros y transparentes y con planes a largo plazo, contando con la realidad de la zona, la base creativa del lugar y las sinergias entre instituciones.

Tu carrera está muy ligada a la música electrónica. Sin apuntar a la nostalgia ¿hay algún recuerdo que destacarías especialmente como un momento histórico en tu vida profesional?

Bueno, he tenido la oportunidad de ver a muchos artistas a los que admiro o he seguido de forma más o menos continuada. Tampoco soy “mitómana”, por lo tanto, juzgo a cada artista en su contexto y lugar. Pero sí me hizo mucha ilusión participar junto a Laurie Anderson en la performance que hizo en el MUSAC, con motivo del I Broadcasting Art, en el que actuó como artista invitada, haciendo una recreación de un programa de radio. Para mí fue un honor.

Antes de que se usaran las redes sociales como vínculo con las audiencias, tú ya llevabas tiempo desarrollando formatos interactivos en tu espacio, una manera diferente de escuchar un programa de radio, mostrándose sensible a la experiencia en la red a tiempo real ¿Es Internet el campo de experimentación perfecto?

Bueno, es una herramienta más. Sirve desde el momento que tiene una capacidad de penetración muy grande, pero también el esfuerzo tiene que ser arduo para que tu trabajo llegue a algún sitio. No es la panacea. Es muy útil para intercomunicar a gente que está en sensibilidades afines e inquietudes concretas.

En cuanto a la experimentación, encuentro artistas experimentales pero no formatos rompedores. Se siguen repitiendo los esquemas de revista, estación de radio, etc. Como he dicho al principio, a mí me sirve como instrumento que amplía la acción de un programa de radio. La radio sigue teniendo sentido en base a la especialización y el criterio que debemos utilizar los profesionales. Es ahí donde reside nuestro valor y donde se pone en alza. Lo demás, las radiofórmulas, las playlist de éxitos, etc, da lo mismo que estén en internet o donde sea, puesto que se dirigen a un público poco exigente.

El arte contemporáneo es caldo de cultivo para proyectos de toda índole, incluyendo a veces propuestas que parecen preocuparse fundamentalmente por mostrar originalidad a cualquier precio, anteponiendo impacto a trascendencia. Según tu criterio ¿todo vale?

No, no todo vale. Y eso se ve muy bien cuando algún artista, en su afán de protagonismo, presenta una obra que llama especialmente la atención a los medios de masas. Si detrás no hay nada, al final se suele caer por su propio peso, ya que esos mismos medios dejarán de apoyarle si no consigue que su propuesta siga manteniendo el mismo nivel o superior de impacto, gracias al escándalo o el absurdo. Es una pena, pero es así.

Finalmente ¿Qué opinas de la escena electrónica nacional?

Creo que la escena electrónica, por primera vez en la historia, nos ha pillado dentro; por lo tanto, hemos tenido acceso a la tecnología y el apoyo de medios igual que en otras partes del mundo. Aún se siguen notando carencias en la formación de nuestros músicos, pero en general nuestro nivel es bueno, mucho mejor que en el pop, donde estamos atascados desde hace décadas.

Tal vez falten más escaparates para ir creando una red más sólida, puesto que muchos trabajan de forma individual y es una lástima. He tenido oportunidad de juntar a creadores electrónicos con motivo de los talleres BrodcastingArt y ha sido muy satisfactorio ver que artistas cercanos físicamente no se conocían y que a partir de esos encuentros hayan surgido proyectos y sinergias conjuntas. Desafortunadamente la mayoría de festivales (especialmente los más importantes) no están al servicio de nuestros creadores, a los que en muchos casos la propia organización considera de segunda categoría.