D-FRIED «THE LOST TOMORROW»
Artista: D-FRIED
Album: The Lost Tomorrow
Label: Discontinurecords
El dulce porvenir
La lluvia lleva siglos colándose por las ventanas rotas de los edificios. Casi todos se desmoronaron por dentro y solo queda rastro de las fachadas. Otros colapsaron sobre las calles en montañas de escombros cubiertas de maleza. Las avenidas solo se intuyen por los inmensos árboles milenarios, alineados en filas paralelas. Los perros salvajes llevan cientos de generaciones cruzándose entre ellos, adoptando de los lobos sus estrategias de manada.
El río abandonó su cauce y ya no atraviesa las ruinas de la ciudad. Los pilares de los puentes perdidos siguen ahí, en mitad del bosque. Las cloacas dejaron de engullir las tormentas en cuanto se llenaron de tierra y los torrentes volvieron a fluir por las calzadas, erosionándolas hasta descubrir los túneles del antiguo metro. En algunas de estas cuevas se refugiaron los últimos hombres y aun pueden observarse restos de hogueras en los andenes.
La gente dejó de saber leer los rótulos de bronce antes de que se hundieran los dinteles de la Biblioteca Nacional. Las madres contaban historias a sus pequeños para transmitirles la memoria del pasado. Las leyendas hablaban de Omero, Shakespeare, Obama y Batman. Los héroes que construyeron la civilización perdida, aquella de la que solo perviven fantasmas. Luego llegó un día en que los humanos ya no tenían a nadie a quien contar historias, porque ya no compartían el mismo dialecto fuera del propio clan. Después optaron por matarse unos a otros antes de intentar pronunciar una palabra.
En un hipotético documental sobre arqueología post-industrial, The Lost Tomorrow sería la banda sonora perfecta. Jordi Saludes, el productor barcelonés D-Fried, ilustra el tiempo y el espacio con escenas de desasosiego, oscilando por momentos entre la implicación emocional en los sonidos olvidados y la desafección de un observador imparcial. Su música, desapegada de la nostalgia, va de la tristeza a la media sonrisa, en la evocación de un pasado que aun no ha llegado. Un eco que recorre el horizonte vacío, la ausencia y el abandono, en un paisaje sin figuras.
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