Artista: Imago
Album: Nocturne
Label: Trivmvirate
Il risveglio
Si paseas por allí de noche, el Viale Civiltá del Lavoro te parecerá de una desolación perfecta, extendida por las fachadas de sus palacios y por sus aceras desiertas. Un vacío amenazador y hostil lo recorre de madrugada. Es la ingenuidad brutal del fascismo hecha piedra. La pureza masiva del mármol te resultará agotadora y excluyente. Te expulsará y te desheredará, como un padre decepcionado con su primogénito, sin poder contener las lágrimas al echarlo de casa. Tal es el escenario de los semidioses, que no dejan espacio para el hombre, en su deseo de hacerlo empequeñecer.
Arraigado en las glorias del pasado, en las ruinas monumentales y los bloques de piedra imposibles de reubicar, el anhelo de un futuro próspero fue proyectado sobre un mañana fulgurantemente blanco. El futuro fue una ilusión inmaculada, el sueño de una población sumisa, ignorante e intransigente, arrodillada a los pies de un líder con puños de hierro. El porvenir fue una civilización estéril, que renegó de aquel teatro impoluto, antes de plantearse siquiera teñirlo con los borbotones de su propia sangre. A los pies del Obelisco de Marconi ¿el gigante de aluminio está despertando o se está hundiendo? ¿De verdad crees que está emergiendo de la tierra? ¿No te parece que se está ahogando en las arenas movedizas pretéritas cada día un poco más?
Imago es la confluencia de tres artistas en una colaboración mimética. Los tres se criaron en la escena clubbing romana, aquella surgida en el revulsivo contra la historia, inagotablemente sedienta de modernidad. Sin contradecir su nombre, su EP debut, Nocturne, se muestra cavernoso y oscuro. Se arrastra por pozos y catacumbas, reptando por el subsuelo, hasta surgir a la superficie en los talleres abandonados del barrio Ostiense. Un sonido profundamente grave y grueso, Dub Techno subyugante, que te agarra por dentro y te estruja, en el intermedio entre el salvaje y el filósofo, en el cambio de guardia entre el ángel y el demonio.
Hartos de contender con perezosos que nunca responden a ningún estímulo, como los vigilantes de la Central Montemartini, atormentados, fatigados y aburridos entre las reliquias arqueológicas que nunca dicen nada y las turbinas desengrasadas que duermen en un absoluto silencio. Llegará un día en que se levantarán llenos de ira, con la mano en alto y la linterna encendida, para prenderles fuego a cuantos extraños se crucen en medio de la pesadilla. Imago van a agitarte en la duermevela, librándote del peso del pasado, de la historia, de las intrigas de los cardenales, de la extinción de toneladas de pueblos, de la industria, de las ondas de radio y de la electricidad. Te elevarán en andas, como un hombre renacido, y entenderás de una vez por todas qué significa vivir el presente, sin necesitar soñar más futuros, ni vaticinios, ni hipótesis.
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