PLANETARY ASSAULT SYSTEMS «THE MESSENGER»
Artista: Planetary Assault Systems
Album: The Messenger
Label: Ostgut Ton
Ultraperiferia
¿Os habéis parado a pensar sobre el trato injusto que se le ha dado durante muchos años a Luke Slater? ¿No habéis caído nunca en la cuenta de que otros DJs de su generación y escuela han tenido mejor consideración, promoción y respeto?
Desde el principio, el bueno y cabezón de Luke decidió ir a lo suyo. Mientras, sus muchos y conocidos compañeros de pupitre supieron muy bien cómo manejarse en el mundo del techno-mainstream, adaptarse a las necesidades y corrientes que iban surgiendo en cada momento y dejarse lamer por todos los medios. Cosa que, por otro lado, nos parece muy inteligente.
Pero él no. Decidió que quería desarrollar su carrera creando música al borde del polígono, pagando el precio de la incomprensión. Fue tachado de zapatilla, mascachapas y vetado en alguno de los grandes festivales y eventos electrónicos que, sin embargo, sí que programaban artistas deudores del señor Slater. Al otro lado de la barrera, las chonis y los chanclis nunca lo abanderaron como suyo porque tenía algo especial que no alcanzaban a entender. Caso curioso ¿no?.
Al final resulta que el señor zapatilla tiene una trayectoria más que consolidada, ha producido obras francamente brillantes dentro y fuera de sus muchos alias, moviéndose como nadie por los amplios parámetros del techno y la electrónica. Recordad por favor que además fue uno de los primeros productores de techno con la santa osadía de lanzar un disco en el que un cantante ponía voz a cada tema, desconcertando a absolutamente todo el mundo. Y mira tú por donde, después ha habido más ejemplos parecidos de sus amigos del cole.
Con The Messenger, se nos ha vuelto a presentar sin llamar a la puerta. Un disco crudo, áspero y con muy poco sentido del humor. Claro que también es cierto que este artista nunca se ha caracterizado por su amplia sonrisa. En cualquier caso, es un regreso honesto que sigue afianzando la solidez de sus creaciones. Al fin y al cabo, no se es la oveja negra de la familia sin consecuencias.
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